Cuando uno se plantea un surftrip y surfea todos los días este puede ser catalogado como exito, pero si además vuelve con un montón de vivencias y sintiendo que ha compartido mucho con quien lo ha acompañado va más allá del mero surfari para pasar a ser uno de esos momentos que no olvidarás en tu vida.
Llevaba un tiempo queriendo planear un viaje, uno de surf por supuesto, para bien o para mal esta actividad esta indisolublemente ligada a mi vida, me apunté en varios organizados por amigos que por una u otra razón no llegaron a buen puerto, así que yo y un grupo de amigos pensamos en uno que no requiriera demasiados planes ni gente, uno de aventura en el que para bien o para mal todo dependiera de nosotros. Fue así como nos juntamos Rober, Naso, Kostka y yo un grupo de 4 lo suficientemente grande como para tener con quien contar en caso de apuro pero lo bastante pequeño para ponerse de acuerdo rápido. por otra parte era un grupo equilibrado: 2 goofys, 2 regulars, 2 longboarders 2 shortboarders, 2 viejos y 2 más viejos...
Salimos de Santiago un lunes dispuestos a pasar 10 días en la costa pacífica de Costa Rica, no os aburriré con el viaje en si, al llegar nos encontramos a la salida del aeropuerto con una maraña de gente ofreciendo taxis y coches de alquiler, despues del consavido regateo y de recharar un coche recien salido del concesionario nos llevaron por una barriada que la verdad nos acojonó a todos, yo ya contaba en el mejor de los casos que el viaje empezaría con un atraco como mínimo, la suerte nos acompañó y fuimos a dar a auna pequeña oficina de alquiler donde nos hicimos con el 4x4 más machacado de toda Costa Rica, aunque aun no lo sabíamos, por lo menos no cantaba a turista.
Nos dirijimos a Jacó donde habíamos reservado la primera noche de hotel y teníamos pensado alquilar las tablas, en mi caso terminé por comprarme una, un twin fin de 2ª mano estilo Mark Richards muy entera y bien de precio que luego revendí, saliendome más barato que un alquiler, nuestros días en Jacó se repartieron entre su própia playa, Playa Hermosa y Bejuco en lo que abaños se refiere, con bastante variedad de olas.
Luego nos encaminamos al norte, estubimos en Avellanas, una playa maravillosa en la que surfeamos varios días y nos sirvio de base, en ella pillamos las mejores olas de todo el viaje, aparte de compartir un ambiente surfero de lo más sano, nada que ver con la zona de Sta teresa o Malpais, para mi gusto una cueva de piratascon la playa saturada de gente y demasiado comercial.
Mención especial para Camaronal, un beach break de ensueño donde cada ola parecia abrir hasta el infinito, uno de los baños más divertidos de todo el viaje.
Podría pasarme horas hablando de las comilonas, la fruta la selva y demás cosas, pero no quiero hacer una guia sino animar a la gente a que vaya si puede, un lugar perfecto para irse a la aventura sin un plan demasiado riguroso y dejando que las cosas surjan a medida que se hace camino. ¡Pura vida!